21 julio 2017

La necesidad de revisar las bases de concursos de la arquitectura urbana: la Plaza de la Reina como excusa



La verdad es que este concurso ha sido un tema mal planteado desde el inicio, un tema que tenia muchas posiblidades de acabar así, de manera desastrosa, aunque aún no sabemos bien donde acabará.

Su fracaso no es solo el de unas bases poco sensibles socialmente hablando, rayan incluso en la alegalidad. es un ejemplo de la insensibilidad  frente a la arquitectura de una administración ajena a la cultura arquitectónica, y por lo tanto la entiende sin valor. Desconocimiento que parece endémico en el Ayuntamiento de Valencia -de la anterior corporación no hay ni que hablar- pero esta sigue en estos andurriales los mismos caminos. Hay un tema del que no se ha tratado que lo invalida en el tiempo, y es que todo este lío, aún necesita de un nuevo concurso de dirección de las obras, además del concurso de empresas que construyeran la obra. Procedimientos imposibles de resolver en lo que queda de legislatura. Un estrambótico procedimiento que supone que por arte del Más Allá debe dar la casualidad de que quien dirija la obra tenga la misma sensibilidad que aquel que la ha diseñado, pues si no es así, el fracaso de la obra está garantizado.


Quizás necesitemos nueva savia en el consistorio. En otra legislatura, en otro momento, quizás se pueda llevar adelante el tema de manera más sencilla. Hoy creo que lo mejor es que el Ayuntamiento e incluso el náufrago superviviente, que puede ser engullido por una situación difícil, abandonen un barco que se hunde, y esperar a una nueva legislatura en la que de verdad, sin complejos, de manera decidida y valiente, se presente un nuevo concurso de proyecto y dirección, que permitan un trabajo sólido sobre el cual sacar a concurso la obra, conociendo el proyecto y quien lo dirige. La única solución para hacer una buena arquitectura.

Una nueva convocatoria sin condiciones. O quizás, bien retomar de manera lógica el deseado del 99 directamente -por los servicios municipales- con la ayuda externa del equipo ganador de entonces. Que era la cuestión a que se refería la oferta de cesión presentada en su momento.


Para nosotros, tras la larguísima espera de un proyecto deseado y a la postre imposible, lo mejor será olvidarlo, que pase a la historia como una más de las alternativas para una plaza que quizás en un futuro pueda resolverse. Creo que es la mejor de las opciones.

De este etapa, desde nuestro punto de vista quedan imágenes, propuestas -las anteriores- pues por ahora no vamos a desvelar nuestra propuesta actual, la que hemos ido construyendo con años de trabajo y consultas a la gente. Queda, pues, una documentación y unas reseñas en los medios. Es lo que hay, y es suficiente para que quede constancia de una gestión y un momento de la arquitectura urbana.










































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