14 julio 2015

Benimaclet, del planeamiento participativo al proceso urbano

Del planeamiento participativo al proceso urbano. En cuatro tiempos: inventar, involucrar, incentivar, innovar.

Inventar
Queremos hacer de Benimaclet un "lugar antropológico". Frente la plaza o el huertos urbanos gestionados por los vecinos como espacios identitarios y relacionales, la Ronda Norte aparece como un "no-lugar" del barrio que arrasó cientos de hectáreas de paisaje cultural. La construcción de lugares antropológicos, que se hace desde las identidades, la historia o el impulso de las relaciones sociales, pide hoy que la ciudadanía se convierta en protagonista, invente nuevas formas de acción social y inicie procesos participativos que ayudan a fomentar el procomún.

Involucrar
Queremos abandonar la idea de la planificación urbana entendida como una herramienta estática, rígida, que marca pautas detalladas de crecimiento jerárquico, dirigida desde una única lógica o desde una única administración. Apostamos para una gestión más retórica, dinámica, flexible y multinivel del proceso urbano. Frente a una imagen fija de futuro, nuestra propuesta proyecta y planifica presente complejo y cambiante de Benimaclet como un proceso ciudadano donde están involucrados todos los agentes sociales.
Incentivar
Queremos incentivar la participación ciudadana, la que demanda un modelo alternativo de construcción y gestión de la ciudad más centrado en instrumentos de carácter comunitario. Nuestra propuesta se centra en reforzar esta visión, aunque ofreciendo una serie de medidas y proyectos arquitectónicos que tendrían como protagonista la ciudadanía. No se trata sólo de involucrar al pueblo en el diseño del espacio, sino también en convertirlo en su gestor y responsable.
Innovar
Queremos estimular la innovación social mediante procesos de participación ciudadana con diálogos para la acción que responden a la emergencia de la inteligencia colectiva ya nuevas prácticas sociales. Uno de los objetivo prioritarios de la propuesta es la conservación y valoración del patrimonio cultural de la huerta frente a las incertidumbres sobre el futuro del mundo rural, el fracaso de las políticas y planes, el vaciamiento demográfico, etc. El desarrollo urbano y rural sostenible se presenta como un reto para restaurar un equilibrio adecuado entre la ciudad y la vida rural que nos acerque a la posibilidad de construir otra globalización. Queremos fomentar el compromiso social centrado en la persona y una mejor calidad de vida para la sociedad.
Extracto del proyecto premiado en el concurso de ideas en torno a los huertos urbanos de Benimaclet organizado por la asociación de vecinos de Benimaclet. Autores: Antonio Gallud, Silvia Bronchales Alegre, Luis de Romero, Francisco Arenas-Dolz, Juan José Tuset, Neus Roso y Jaime Selles

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