La intervención sobre el centro histórico de Bocairent, trata de poner en valor una estructura y unos espacios que se han ido construyendo a lo largo del tiempo, y suponen una acumulación de historia. Espacios, formas y materiales que han llegado hasta nosotros en una estructura viva que necesita adecuarse a ciertas tecnologías y servicios, y a la vez mejorar en algún punto el valor de la materia que construye las calles o plazas. En otros casos, se consolida la memoria de un pasado, con su manera de habitar, de vivir, de trabajar, que queda patente en los restos de antiguas arquitecturas existentes en la zona......
VAM10 Arquitectura y paisaje y Carlos Campos
Bocairent ha sido elegido por la naturaleza, pues la geografía ha proporcionado a su centro histórico una volumetría y una forma características, enfatizados por las arquitecturas que a lo largo del tiempo han ido construyendo su perfil: La iglesia, el campanario esbelto y preciosista, las líneas de las cubiertas, las bases de roca vista donde se asienta el pueblo y que estabilizan la forma, la hoz de los ríos que confluyen a sus pies, crean esa imagen característica que hace el lugar inconfundible.
Vacíos y llenos definen la estructura y el espacio. Las calles en ocasiones excavadas en la roca, otras veces definidas por los potentes muros de sus casas, van serpenteando por los distintos barrios, manteniendo cota en unos casos o bien bajando en calles escalonadas que se doblan y quiebran hasta llegar a tomar formas imposibles con el fin de alargar un itinerario que sea capaz de ser recorrido por los habitantes.
Esas calles han sido objeto del proyecto, y también los vacíos de alguna antigua isla habitada que ya era imposible recuperar. También han sido objeto de este proyecto la puesta en valor de las ruinas de un pasado industrioso, los restos de aquella primera industrialización del textil en estas tierras del interior valenciano, de las montañas de Mariola. Bajo las ruinas y los escombros de siglos, han aparecido restos del Bocairent tardomedieval; trazados de calles, de “adzucats” , esos callejones en “cul de sac”, tan propios de la cultura del mediterráneo, del pasado islámico del pueblo; antiguos trazados ya perdidos en la memoria del lugar.
El paisaje inmediato, el pasaje de huertas de autoconsumo que han construido el territorio desde tiempo inmemorial, bajando en pequeñas terrazas desde las faldas del pueblo hasta los cauces profundos del río, se conserva y se vincula a los restos de antiguas ruinas domésticas que se convirtieron más tarde en huertos cerrados, manteniendo el perímetro de sus muros. Huertos que dan un carácter particular a ciertas calles en las zonas más bajas del pueblo y que se han convertido en pequeños jardines públicos, en espacios íntimos visitables durante el día, formando un rosario de espacios tranquilos, en los que un escueto ajardinamiento permite a su vez conservar los vestigios de un pasado. [leer más… en la edición impresa]
No hay comentarios:
Publicar un comentario